La Primera vez en un Polígono de Tiro
De camino al polígono por primera vez, lo único que me pasaba por la cabeza era que iba tener un arma en mis manos, ¡¡¡sí!!! Es algo que quita vida, una extraña nube quería empezar a nublar la experiencia, una voz interna me dijo razone, ¡razone! Después de un curso de todo un día, que después tocare este tema, pudimos entrar al área de tiro.
Se oían los disparos e inmediatamente mis manos empezaron a sudar, mi corazón latía a mil, el estómago me daba vueltas, pensaba que horrible era todo eso, mis ojos parpadeaban con el sonido de cada detonación, pero ya estaba ahí, tocaba hacerlo. El instructor estuvo conmigo durante toda la sesión, asegurándose que cumpliera con todas las medidas de seguridad. Tomé el arma, me puse en posición siguiendo las recomendaciones que me habían dado y ahora si era solo de enfocar el objetivo, ajustar la mira y jalar el gatillo, eso era todo.
La primer arma que tome fue una P320 full de Sig Sauer, calibre 9mm, que créanme es algo poderoso. Ahora sí y para introducirlas un poco al tema- repase la materia, principios básicos de puntería, hasta me lo leía de nuevo cuando íbamos de camino a la sala de tiro. Entonces,
Posición del tirador, revise la posición de mis piernas, mis hombros, lista.
Empuñadura del arma, muñeca en una buena posición, ambas manos.
Alineación de miras, mi ojo tiene que ver sobre las dos miras al centro ni para arriba ni para abajo.
Respiración Controlada, no puedo respirar como un cerdo de monte, ¡¡me decía!! A ver vamos meto aire por la boca, boto por la nariz tranquila, esto todo el mundo lo hace. En las películas se ve tan fácil, me seguía diciendo a mí misma (había visto hace unos días Straight Outta Compton), ahora si dedo en el gatillo, solo presión en el disparador.
¡No pude! Intente ese mismo proceso unas cuatro o cinco veces mis gafas de protección se nublaron, me temblaban mis piernas y solo quería llorar. La voz del instructor en mi oído muy sutil me dijo, usted es una mujer fuerte y segura de sí misma, con solo el hecho de haber llegado hasta acá, porque duda de la capacidad de hacer algo, ¡usted controla el arma!
Bastaron esas palabras para que me pusiera en posición y presionara ese gatillo, lo hice, ¡¡¡¡Lo hice!!!! Ese sentimiento de culpa que tenía al principio desapareció, esa angustia que me sobrecogió durante las horas de la mañana desapareció, en tan solo un par de segundos, de pronto se apodero de mí una confianza, un sentir de poder, invaluable.
Ahora que recuerdo cuando iba camino a mi casa, pensaba miles de cosas, necesito practicar mucho, que tipos de armas existiran que se ajusten mejor a mi mano, tuve que haber escojido otro outfit, definitivamente la proxima vez uso ropa mas comoda, como sera utilizar otro calibre, que tipos de poligonos existen, pero definitivamente vuelvo, esto me encanto.
Ahora que recuerdo cuando iba camino a mi casa, pensaba miles de cosas, necesito practicar mucho, que tipos de armas existirán que se ajusten mejor a mi mano, tuve que haber escogido otro outfit, definitivamente la próxima vez me cambio de zapatos como sera utilizar otro calibre, que tipos de polígonos existen, pero definitivamente vuelvo, esto me encanto.
Debo de admitirlo para una persona que nunca en su vida había tenido contacto con algún tipo de arma, fue una experiencia aterradora, con un poco de coraje, responsabilidad y unas palabras de confianza despertó una nueva pasión. En Costa Rica el permiso de armas es una concesión, no un derecho exigible, por lo cual el gobierno otorga el permiso tras haber reunido ciertos requisitos de los cuales también les estaré comentando.