El Ultra Golpe
Es inevitable que no les comparta mi experiencia sobre esta última carrera, porque aparte de que lo estuve comentando desde 6 meses, para mi representa una pasión, algo que me encanta hacer, llena mi vida de pequeñas alegrías y en si el proceso que por más duro es, siempre se saca algo tuanis.
¡Podría ponerme a darle todas las razones, pero sinceramente no llegue a mi meta de 80km, llegue hasta 47km, así de simple, pues sí que hijueputa la mitad y la parte más dura de toda la carrera, pero no, no llegue!
Ciertamente a veces por más que planeamos las cosas, nos preparamos, damos el máximo, las cosas simplemente no se dan, el universo no se alinea, para mi es simplemente que detrás de esa decepción que nos vamos a llevar, el aprendizaje que está detrás es mayor y por eso Dios permite que sucedan las cosas de esa forma y el universo no se alineo esta vez. ¡Porque si! Dios sabe cuándo exactamente actuar en la vida de cada uno de nosotros para aprender cosas y así mejorar y al final ser mejores humanos, ¿que de esto se trata la vida, o no!?
Puedo decirles que en el momento que llegue al puesto y me dijeron se pasó por 10 minutos, sentí literalmente como decimos un baldazo de agua fría, una decepción que invadió mi cuerpo, no se siente tristeza simplemente así decepción, un trago amargo, incomodo, feo, humillante hasta cierto punto, no tiene otro nombre. Seamos atletas o no atletas, si lo ponemos en cualquier situación de la vida es feo que no logremos algo por lo que hemos trabajado muchísimo, pero debo confesarles que me dolía el corazón, mi ego, me dije por todo lo que trabaje y que no…
El baldazo de agua fría hizo que entrara en mi cuerpo un sentimiento aparte de defraude como de humillación, yo dije puta toda la gente que me escribió diciéndome que yo podía, que van a pensar ahora. Bueno pues aprender juntos, que esta bien a veces caer, darse esos vergazos en la rodilla como cuando uno era carajilla que andaba llena de chollonazos pero no existía miedo, inmediatamente uno se levantaba y seguía, no dejaba de jugar, de hacer lo que estaba haciendo. Así creo que con los retos en nuestra vida debemos serlo, tenemos que entender que está bien fallar.
El fallar nos va a sacar del área de confort, nos va a exigir muy profundamente que analicemos el proceso y encontremos donde estuvo un error o donde podemos mejorar. Siempre podemos mejorar y me refiero con esto no solo de condición física sino, esa que es espiritual, que nos diferencia de los animales (bueno masomenos jajaja)
Mi punto es que tengo que entender que lo importante de una carrera (meta, objetivo) es la preparación, es lo que se vive en el proceso, esos pequeños esfuercitos son los que nos empujan, nos empujan para querer tener esa medalla.
Que, si voy a intentarlo el próximo año, pues no sé, obvio que lo deseo pero sino pasa por cualquier otra razón todo bien, porque esta experiencia me ha hecho enfrentar hasta cosas de mi vida personal que yo se que tengo que hacerlo. Yo no quiero seguir corriendo de la vida tampoco.
Yo quiero poder ensenarle a mi sobrina y a mis futuros hijos que está bien fallar, ¡pero rendirse jamás! porque para poder hacernos seres humanos mas fuertes debemos caernos, que debemos descubrir nuestras fortalezas aun con todo ese montón de debilidades.
La montana esta vez me venció, perdí una batalla, pero no la guerra. Y es que con esto por mas defraudada que me sienta no voy a permitir que me hunda ese sentimiento. Esta carrera era de esas que me tocan el alma, que debo interiorizar el resultado y sacar pecho, ¡porque vuelvo a lo mismo así es esta vida! Y como atleta tengo y debo entender eso, todas las personas que admiro de alguna forma han fallado para llegar ahí, ¡pero nunca se rindieron!